martes, 30 de octubre de 2007

LA HORA DE CUBA.


El periódico Reforma de la Ciudad de México publicó este artículo de Carlos Fuentes que debería encontrar muchos más espacios para su difusión. Aquí hay uno marginal y modesto.

BUSH Y CUBA
Por Carlos Fuentes.

Los norteamericanos llaman a un presidente que va de salida y no se puede re-elegir un "lame duck", un patito cojo. A estas alturas de su fracasada presidencia, se diría que George W. Bush ni siquiera tiene alas. Lo que sí tiene es un orgullo ciego, una ignorancia que se ignora a sí misma y el error de creerse portador de la bondad universal. "Los EE.UU.", declaró Bush al inicio de su mandato, "son el único ejemplo sobreviviente del progreso humano". De allí la soberbia unilateralista con la que se inició la fatal administración bushista y el corolario que entonces derivó de ella. Condoleezza Rice: "Olvídense de los intereses de una ilusoria comunidad internacional".

Resulta que nosotros -todos los demás- somos la fantasmal "comunidad internacional" que día con día entierra la ilusión unilateralista de Bush. Pasamos de la confrontación bilateral de la Guerra Fría a un fugaz unilateralismo norteamericano, a una comunidad multipolar en la que el poder de los EE.UU. se mide con -o contra- los poderes de China, la India, Japón, Rusia y Europa.

Sin embargo, hay temas que le sirven al presidente Bush para creer que puede actuar como si el mundo no hubiese cambiado. Uno de ellos es Cuba. De ser colonia española, la isla pasó a ser un protectorado yanqui: la enmienda Platt (1901-1934) daba a Washington el derecho a intervenir en Cuba y a establecer una base naval en Guantánamo. La influencia de los EE.UU. dominó la vida política de Cuba hasta 1959, cuando el triunfo de la revolución puso en crisis la relación, proponiendo un enigma irresuelto: si los EE.UU. le hubiesen tendido la mano a Fidel Castro, ¿habría seguido la revolución una senda más moderada, acaso socialdemócrata o, aun, democristiana? Pero, ¿hubiese Castro aceptado la mano tendida de Washington? ¿O estaba dispuesto, desde el primer momento, a independizarse radicalmente del pasado? En cuyo caso, ¿con qué aliado contaría la isla contra los EE.UU.? La Guerra Fría ofrecía una respuesta rápida: con la Unión Soviética, a la sazón presidida por el imprevisible Nikita Jruschov.

La entrada de Cuba al escenario de la Guerra Fría la sujetó a la ayuda de Moscú, a medida que la economía cubana iba de bandazo en bandazo, abandonando la riqueza azucarera por unaindustrialización frustrada, retornando al azúcar pero despojando de alicientes al campesino, impidiendo dogmáticamente el desarrollo de la iniciativa privada pero demostrando la incapacidad burocrática para sustituir al restorantero, al comercio en pequeño, a la pequeña industria y culpando de las fallas propias al estúpido bloqueo norteamericano, pero subsanando en parte ambos errores con inversión europea y excelentes logros en educación y salud.

He evocado más de una vez un cartón editorial norteamericano en el que todos los presidentes de los EE.UU., de Eisenhower a Bush padre, entonan la mantra: "Fidel Castro caerá de un momento a otro". Clinton intentó con seriedad trascender tan pesada e inútil tradición. Castro se encargó de frustrarla: la enemistad de Washington ha sido uno de los pilares del poder castrista, uniendo al pueblo de la isla en torno a la defensa de la patria y orillándolo a soportar privaciones que sólo en parte se deben al bloqueo y en otra parte, a la ineficiencia de la economía cubana.

Hoy, Cuba está en transición. Raúl Castro, con toda la cautela que el caso requiere, ha enviado mensajes insólitos de apertura a los cuales la sociedad cubana ha dado respuestas esperanzadoras. Se trata de un asunto difícil: el movimiento de la sociedad y del estado hacia un sistema más abierto, más democrático. A condición de que sean los propios cubanos quienes decidan el camino. Algo de esto sabemos los mexicanos. Nuestra revolución, acosada y acusada por Washington entre 1910 y 1934, encontró sus propios caminos, culminando, en 1938 con la expropiación petrolera y el acuerdo tácito entre los presidentes Cárdenas y Roosevelt. Siempre habrá problemas entre México y los EE.UU. Siempre podrán resolverse en el diálogo. Los EE.UU., pues, vivieron muy tranquilos con la dictablanda del PRI hasta el año 2000.

No comparo la situación de México con la de Cuba sino para llamar la atención acerca de la doble amenaza que podría ceñirse sobre la transición cubana. La amenaza menor, porque se trata de un régimen más vociferante que perdurable, es la del presidente Hugo Chávez, cacareando que Cuba y Venezuela son la misma -la única- nación. La amenaza mayor, por supuesto, es el desplante imperial de Bush en su ocaso. Con singular desacierto (pero muy propio del personaje) Bush saca a desfilar todos los factores que pudiesen frustrar (o por lo menos retrasar) la evolución cubana. Envalentona al exilio de Miami, alejándolo de la participación ciudadana en el futuro de Cuba para animarlo como fuerza de choque y sustitución del actual régimen. Incita a las fuerzas armadas de Cuba a la traición. Reitera la política de sanciones contra Cuba. Acusa y desdeña los esfuerzos europeos por la conciliación y el desarrollo. Le niega al régimen cubano lo que le da a otros regímenes comunistas como China y Vietnam: inversiones, diálogo, diplomacia, respeto. Tacha a Cuba de ser un campo de concentración, olvidando que la peor prisión de la isla es la base norteamericana de Guantánamo. Y no le ofrece a Cuba más que una velada amenaza: volver a ser colonia de los EE.UU. -or else.

Los EE.UU. están gobernados por un presidente borracho de ideología religiosa y por un vicepresidente que quiere las guerras de las cuales su cobardía juvenil le salvó. Yo no sé si las amenazas de Bush son sólo, una vez más, retórica electoralista para que los cubanos de la Florida voten por los republicanos en 2008.

Lo que sí sé es que Cuba se encuentra en transición y que al mundo entero, pero sobre todo a Iberoamérica, le interesa que la autonomía de la isla sea respetada, que Cuba forje sus nuevas instituciones y reforme las antiguas sin conflicto o presiones externas indebidas y deformantes.

A la soberbia desatada de Bush, Ibero- américa debe responder con las armas de la razón, la cautela, la diplomacia, la negociación y el respeto hacia el pueblo cubano. Enrique Iglesias ha propuesto al Rey Juan Carlos como el ideal moderador de este proceso. Es una muy buena idea. Pero la responsabilidad es de todos nosotros, los que compartimos tradición, historia, lengua y costumbre con la hermana nación cubana.

martes, 23 de octubre de 2007

NUEVO TRATADO PARA LA VIEJA EUROPA


...Y ahora El Tratado de Lisboa
Rodolfo Menéndez M.

Los veintisiete jefes de gobierno de la Unión Europea llegaron finalmente a un acuerdo durante su reunión en Lisboa el pasado 18 de octubre con relación a un nuevo tratado que permitirá en teoría mejorar el funcionamiento de las instituciones europeas. Este acuerdo representa un paso hacia delante en la consolidación de la Unión después de los dos pasos hacia atrás que se dieron en la primavera del 2005 luego de que en sendos procesos de referéndum, franceses y holandeses votaron cada uno por su lado, en contra del proyecto para dotar al grupo de naciones de una Constitución política que había sido previamente aprobada por los jefes de gobierno y que no pudo ser por tanto ratificada en virtud de la unanimidad nacional requerida.

Las cosas ahora parecen distintas. Es claro que el nuevo proyecto, el acordado ahora en Lisboa, es un proyecto “light”. Ya no se habla de “Constitución Política” ni el alcance de los acuerdos es remotamente parecido a lo que se previó anteriormente. Para ponerlo en boca del ministro portugués de asuntos exteriores que presidió la reunión, “el nuevo acuerdo no es el ideal pero si el posible en las circunstancias actuales” y se ha dado después de un proceso de negociación sumamente difícil. La verdad es que se trata aparentemente de un acuerdo reformador de los Tratados previos y por tanto su lectura e interpretación se vuelve cosa de expertos. A diferencia del fracasado proyecto Constitucional que era legible y comprensible por si mismo.

Este hecho hace que los gobiernos no vayan siquiera intentar una aprobación abierta de los ciudadanos europeos sino que, con la sola excepción de Irlanda que sí recurrirá al referéndum por requisito de su propia Constitución, van a buscar la ratificación necesaria a nivel de los parlamentos, lo cual resulta obviamente más sencillo políticamente. Y esto lo quieren lograr los jefes de estado europeos en el menor tiempo posible para evitar que su nuevo acuerdo vuelva a “hacer agua”. Hay una verdadera urgencia de los dirigentes por evitar querellas e interpretaciones indeseables del nuevo texto. Por algo será. La firma definitiva se hará por parte de los dirigentes respectivos el próximo mes de diciembre. A partir de ahí se pretenderá lograr las ratificaciones necesarias a marchas forzadas durante el 2008 a fin de que este nuevo Tratado entre en vigor a principios del 2009.

La intención fundamental del acuerdo de Lisboa, se dice, es lograr una mayor gobernabilidad de la Unión. Después de que la comunidad fue ampliada a los 27 países que hoy la constituyen una vez que se aprobó el ingreso en los años 2004 y 2007 de las tres naciones del Báltico, de las de Europa Central ya incluyendo a Rumania y Bulgaria y de las dos insulares, Malta y Chipre. Y sí, parece cierto que el tratado implica un avance hacia la consolidación institucional de la Unión aunque más lento y menos ambicioso que el previsto y deseado en Niza.

Por un lado se hace notar que el nuevo sistema de voto aprobado tiende a establecer un mejor equilibrio entre los pequeños y los grandes países de Europa. También mejora el concepto del derecho de veto o de bloqueo de las iniciativas europeas que entraría en vigor a partir del 2014 mediante el criterio de la doble mayoría que requerirá el apoyo del 55% de los estados miembros pero que deberá sumar también el 65% de la población de toda la Unión.

Por otro lado el tratado favorece la adopción de políticas comunes en dos aspectos fundamentales de la vida comunitaria, las relaciones exteriores y la seguridad interior. En este orden de ideas se refuerza la acción del hoy denominado “Alto Representante” que encabeza las relaciones con el exterior dándole una mayor influencia y jerarquía en el seno del órgano supremo de gobierno. Asimismo, la presidencia del Consejo Europeo deja de ser rotatoria y por sólo seis meses, para pasar a ser ocupada por una sola persona durante dos años y medio renovables por otro período igual. Hay ya, por cierto, dos candidatos visibles para ocupar esta Presidencia: de un lado Jean Claude Juncker, Primer Ministro de Luxemburgo y por el otro Tony Blair ex primer ministro del Reino Unido y "el más europeísta de los británicos", según el Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy.

Otro aspecto importante ha sido la aceptación de que la Carta de los Derechos Fundamentales de los Ciudadanos sea de aplicación general en todos los estados, salvo el caso del Reino Unido que una vez más mantuvo su distancia respecto de las instituciones europeas, al no aceptar, en este caso, la imposición del derecho de huelga. Y aquí hay que señalar que los británicos también se reservaron la posibilidad de rechazar, llegado el caso, algunas políticas comunitarias que tengan que ver con la cooperación judicial y policíaca.

Pero aún con estos bemoles sostenidos por los de la pérfida Albión en franca consistencia con su política euro-escéptica de siempre, el conjunto de los acuerdos, incluyendo la nueva distribución de los 751 escaños del Parlamento europeo que terminó favoreciendo a España y a Italia, parecieron satisfacer a todos los Jefes de Estado o de Gobierno reunidos, que se regocijaron abiertamente de su logro según refieren los periódicos europeos. Lo cierto, me parece, es que una vez más la Europa, la vieja Europa, nos da lecciones de su alta capacidad de negociación y nos muestra su voluntad comunitaria que bien podríamos utilizar los latino americanos para nuestras propias causas.

Queda claro que el camino por avanzar en el desarrollo de esta aventura integracionista y eminentemente humana que sigue la forja de la unidad básica entre cerca de 500 millones de seres, es todavía largo y sinuoso pero el avance que hoy se anuncia está a la vista y desde el ángulo de los que no queremos estar alineados debemos aplaudirlo, toda vez que representa el mejor y más vigoroso esfuerzo para contrarrestar la unipolaridad vigente y la odiosa hegemonía estadounidense que a todos quiere subyugar.


"La familia europea en Portugal"

lunes, 22 de octubre de 2007

Nuevo Arte en París


La foto de arriba muestra una nueva expresión artística realizada en el jardín de las Tullerías, en París. Un candelabro gigante dentro de una vieja camioneta Citroen, expuesta en medio de una de las fuentes del famoso parque parisino, de donde emergen también dos faroles callejeros. El artista es el francés Claude Leveque participante en la exhibición de arte de otoño. La fotografía es de Francois Guillot para la AFP.

sábado, 20 de octubre de 2007

Giacometti, escultor y pintor mal conocido.


Alberto Giacometti nació en la Suiza “italiana” en el primer año del siglo XX. Nació en una familia de artistas -su padre, su tío, su hermano eran pintores- que favoreció el desarrollo de su gran creatividad. Estudió pintura y escultura en su país natal y en Italia, pero fue París, donde se estableció a los 21 añosde edad, la ciudad que le vio consagrarse como el más connotado representante del arte escultórico surrealista.

Se vinculó con grandes personajes del arte de su época como Pablo Picasso, Joan Miró, Jean Paul Sartre y André Breton. Con este último colaboró de cerca en la famosa publicación “El surrealismo al servicio de la revolución”.

Después de pasar en Suiza la segunda guerra mundial regresó a París para casarse ahí con Annette Arm, su paisana, quien habría de impulsarlo en su carrera de escultor y pintor. Tal vez una de las grandes frustraciones de este gran artista fue su deseo de que se le reconociera su condición de pintor al mismo nivel que su obra escultórica, cosa que no ocurrió durante su vida.

Lleva con orgullo su arte a América del Norte donde fue reconocido y apreciado, particularmente en Nueva York. Ahí expuso por primera vez en la galería Pierre Matisse presentándose con un catálogo cuya introducción fue escrita por su amigo Jean Paul Sartre. Muere prematuramente, a los 65 años, de regreso en su país de origen,

En torno al aniversario de su nacimiento, el 10 de octubre, París le ha querido rendir merecido homenaje en el Centro Pompidou presentando una buena cantidad de obras suyas totalmente desconocidas del gran público en virtud de extrañas circunstancias que son bien explicadas en la nota periodística de Octavi Martí aparecida recientemente en el periódico El País y que a continuación se transcribe:

"La familia del artista es un peligro. Aunque la afirmación es excesiva, son muchos los pintores, dramaturgos, poetas o artistas en general que tienen una posteridad difícil debido a su esposa, hijos, nietos, sobrinos, primos o primos segundos. Es el caso de Alberto Giacometti (Borgonovo, 1901-Coire, 1966). Murió sin testar, y durante más de 25 años -hasta la creación de una fundación, en 2003, que gestiona los derechos de la herencia- la viuda y resto de familiares se enzarzaron en una guerra que mantuvo invisible una gran parte del legado Giacometti.

El Centro Pompidou de París presenta, hasta el 11 de febrero de 2008, L'atelier d'Alberto Giacometti, una exposición que reúne más de 600 obras, entre ellas unas 200 esculturas, 60 pinturas y 170 dibujos, la mayoría de ellos nunca expuestos hasta ahora. El núcleo de la muestra son los muros de yeso de los tres talleres en que trabajó Giacometti a lo largo de su vida, los dos suizos en Stampa y Maloja y, sobre todo, el mítico estudio parisiense, tantas veces fotografiado, del 46 de la Rue Hippolyte-Maindron, desgraciadamente derribado por la presión inmobiliaria.

El Giacometti que nace de esta exposición es muy diferente del consagrado por sus célebres exposiciones estadounidenses de los cuarenta, cincuenta y sesenta, todas ellas centradas en un artista que inventa unas figuras filiformes, una imagen de la soledad e indefensión del hombre contemporáneo tras la II Guerra Mundial y el horror de los campos de exterminio, una imagen que a él le irritaba: "No me siento ligado a ninguna poética de la soledad". El Giacometti pintor de esos años es un creador próximo a ciertas preocupaciones de Bacon, con figuras cuyo rostro se descompone, borrado por un simple gesto. El artista del Pompidou es mucho más variado, no sólo porque nos recuerda su evolución, con su largo periodo cubista o constructivista, su momento surreal y un continuado estudio de los clásicos -Durero, Rafael, Tiziano, Velázquez, entre ellos-, sino también porque nos permite adentrarnos en el proceso de trabajo del creador, en su aceptación del azar, del tiempo, en su reflexión sobre la idea misma de terminar una obra, su relación ambivalente con la noción de maestría. Giacometti aparece un poco como un chamán: "Desde hace años no hago otra cosa que esculturas que se ofrecen a mi espíritu. Me he limitado a reproducirlas sin cambiar nada", decía el artista.

El material recuperado del estudio también permite poner un límite al mito de Giacometti como gran destructor que sólo conservaba lo esencial, el destilado de su arte. "Nunca he destruido una obra voluntariamente. Lo que yo llamo destruir consiste simplemente en deshacer para mejorar, para continuar", dice en uno de los textos rescatados. Y su modelo japonés, Isaku Yanaihara, lo confirma al contar que en 1956, al no disponer de otra tela, Giacometti decidió servirse de un retrato anterior para pintar sobre él a Yanaihara. Otras veces el creador del mítico hombre caminando, en mil ocasiones declinado, reconoce haber hecho desaparecer alguna de las obras en las que trabajaba por otro tipo de razones, como ese busto de Picasso que decidió destruir y no exponer en Estados Unidos. "Porque me sería muy desagradable que puedan pensar -y habría personas que lo harían- que he expuesto un Picasso para hacerme algo así como publicidad, algo que destruiría todo el placer que la exposición ha de procurarme". Una actitud orgullosa que contrasta con la de tantos artistas que esperan heredar un poquito de la fama y el prestigio de las personas que retratan. Otra forma, en definitiva, de los peligros que entraña la familia, incluso cuando es electiva"

martes, 16 de octubre de 2007

Seguiremos bebiendo "pintas" de cerveza y viviendo en apartamentos medidos en "pies cuadrados"


Steve Thoburn quien encabezó hasta su muerte el movimiento de rechazo al metro.

Para aquellos en Europa, en el mundo de la industria y los negocios, que han apostado a favor de la pronta desaparición del sistema de pesos y medidas inglés (FPS) para sustituirlo por el sistema métrico decimal (MKS), el pasado mes de septiembre trajo malas noticias.
Debido a un fuerte rechazo político que se nutre de un cierto segmento de la población británica reacia a identificarse con los usos y costumbres del continente europeo, no se ha querido seguir el ejemplo de la comunidad científica que desde hace ya tiempo adoptó el sistema basado en el metro y en el kilogramo para fines de mejorar la comunicación entre sus miembros. Tampoco se ha hecho caso a los planteamientos de las autoridades de la Comunidad Europea que hasta ahora insistían en la uniformización de los sistemas usados en los países del viejo continente. Aquí abajo se reproduce una nota periodística de El País que dibuja la situación actual.

"La pinta de cerveza sigue viva Y las millas, y los pies y las pulgadas. La Comisión Europea
enterró ayer el hacha de guerra en uno de los contenciosos más legendarios que ha enfrentado a Bruselas con los euroescépticos británicos: el sistema de pesos y medidas imperial podrá seguir siendo utilizado, a menos que sea el propio Gobierno británico el que lo prohíba. Una directiva europea obliga al Reino Unido a utilizar exclusivamente el sistema métrico a partir del próximo 1 de enero de 2010, pero si los demás Estados miembros aceptan la propuesta de Bruselas, los británicos podrán seguir utilizando el actual sistema de doble etiquetado en datos métricos e imperiales. Pero seguirá siendo ilegal el uso sólo del sistema imperial. La decisión, impulsada por el comisario europeo de Industria, el alemán Günter Verheugen, significa "acabar con una batalla amarga que ha durado decenios y que, a mi juicio, no tiene ningún sentido", según explicó en una entrevista a la BBC. Pero en realidad es sobre todo consecuencia de la clamorosa unanimidad de la industria europea, que se ha pronunciado totalmente a favor de mantener el actual sistema que permite añadir los datos en el sistema imperial junto a los datos expresados en el sistema métrico.

En el proceso consultivo abierto por Bruselas antes de tomar la decisión, compañías y gremios no ya británicos sino continentales han expresado su temor a que la prohibición de usar el sistema imperial en el mercado europeo obligue a un doble etiquetado para las exportaciones a Estados Unidos, donde se sigue utilizando el sistema imperial. Así lo han hecho saber desde la asociación de industrias de jabones, detergentes y productos de limpieza de Portugal, al sindicato nacional de industrias de tecnologías médicas de Francia, la Federación Alemana de Ingeniería, la Asociación Europea de Aerolíneas o la de fabricantes de automóviles.

La prohibición de utilizar el sistema imperial británico ha provocado diversos movimientos de protesta en el Reino Unido y ha consagrado la figura de los mártires métricos. El más famoso era un tendero de Sunderland, Steve Thoburn, que desafió a las autoridades en 2001 al negarse a utilizar balanzas métricas en su tienda. Thoburn murió repentinamente en 2004, víctima de un infarto. Probablemente ahora habría reaccionado con el mismo escepticismo que ayer destilaba John Gardner, director de la proimperial Asociación de Pesos y Medidas Británicos, que renegó de la decisión de Bruselas porque no elimina el uso del sistema métrico.

Pero, a pesar de que los euroescépticos han utilizado históricamente la cuestión de los pesos y medidas para cargar contra la Unión Europea los primeros pasos para eliminar el sistema imperial y adoptar el métrico son anteriores al imgreso del Reino Unido en el entonces Mercado Común, en 1973. Ya en 1904 la Cámara de los Lores propuso cambiar al sitema métrico, pero la propuesta fue frenada por los Comunes. En 1951 lo pidieron los gremios de comercio, pero su petición no prosperó, aunque el sistema métrico se aprobó en 1965 y en 1971 se introdujeron los decimales en el sistema monetario británico. El sistema métricos se enseña en las escuelas británicas desde los años setenta y ya sólo las viejas generaciones utilizan únicamente el sistema imperial. Aunque carece de valor estadístico, de las cerca de 22000 que participaron en un sondeo de la BBC en Internet, un 22% dijeron usar sólo el sitema imperial, un 29% el métrico y un 49% ambos sistemas.


lunes, 15 de octubre de 2007

EL BARRIL A 85U$


Lo nunca antes visto: el barril de petróleo a U$ 85 y a nosotros que se nos acaba


Dos preguntas, dos.
¿Cuándo el gobierno mexicano va a darle a nuestra industria petrolera el impulso suficiente para que logre desarrollarse y con ello coadyuvar en el desarrollo del país?
¿Cuándo vamos a dejar de gastar el ingreso petrolero para sostener un gobierno ineficaz e ineficiente en lugar de reinvertirlo para incrementar y mejorar nuestra industria básica?
¡85 U$ por barril y a nosotros que se nos acaba!

jueves, 11 de octubre de 2007

El abuelo y el nieto en su primer diálogo franco y sincero


(La Foto fue tomada por el otro abuelo a quien hay que agradecerle además, ser el fotógrafo oficial de este Blog)

Para que quede debida constancia ante la ciudad y el mundo. Primer tête à tête entre Matías y el abuelo Rodolfo.

lunes, 8 de octubre de 2007

Berlioz en la Ópera de París con Romeo y Julieta


Foto de la Opera de París (Sebastián Bolesch)

En 1827 Héctor Beriloz (1803-1869), el compositor romántico francés autor de la Sinfonía Fantástica, con mucho su obra más conocida, asiste a una representación de Romeo y Julieta en el teatro Odeón de París que era estelarizada por la actriz irlandesa Harriet Smithson con la cual habría de casarse unos años más tarde en 1833. A partir de ese momento Shakespeare no se ausentaría nunca de la vida del compositor francés. Más tarde en 1839 Beriloz concluye una sinfonía dramática con coros y solos de canto sobre el tema de los amantes de Verona.

Para ventura y alegría de otros amantes, los de la buena música, Sasha Waltz la joven y talentosa coreógrafa alemana, por encargo de la Ópera de París, da ahora nueva vida a este tema en la forma de una ópera-ballet que acaba de inaugurarse en el escenario de la Bastilla. Una ocasión extraordinaria para disfrutar del Ballet, los Coros y la Orquesta de la Ópera parisina bajo la batuta de Valery Gergiev, el conductor moscovita que recientemente triunfó en el Metropolitan de NY, y que hoy es el encargado de concertar en el agasajo colectivo el matrimonio entre la danza y el canto, rara vez representado para un público.

Si alguno de ustedes se encuentra de paso en estos días por la Ciudad Luz, no deje de ir a ver éste que puede ser un grandioso espectáculo…. O al menos inténtelo. Vale la pena, estoy seguro.


sábado, 6 de octubre de 2007

Es Cri-Cri, es Cri-Cri, el Grillo Cantor... En el centenario de su natalicio.

Para mis coetáneos que aún conservan el recuerdo infantil... Para mis hijos que me oyeron repetir estas canciones... Para Cri-Cri en su centenario... Para mi nieto Matias...

viernes, 5 de octubre de 2007

Che Guevara. Muerto hace 40 años.



Ernesto Che Guevara fue uno de los hacedores de la revolución cubana de 1959. Después de intentar y fracasar en África un nuevo proceso revolucionario, en 1966 viajó a Bolivia con la intención manifiesta de promover la revolución social en toda América Latina. Pero ahí fue capturado por el ejército un año después de iniciar su lucha. Herido durante el combate en que fue capturado se le trasladó el 8 de octubre de 1967 al pueblo de La Higuera donde los soldados decidieron acabarlo. Mario Terán, a la sazón sargento del ejército boliviano, pasó a la historia como el hombre que ejecutó al Che de una ráfaga de arma automática el 9 de octubre. Por cierto, este mismo hombre, hoy un sexagenario que se había quedado ciego, acaba de recuperar el sentido de la vista en Bolivia gracias a una intervención quirúrgica especializada de los médicos cubanos enviados desde La Habana en solidaridad con el pueblo boliviano. El hijo de Terán ha agradecido públicamente al gobierno de Cuba, con lágrimas en los ojos, el beneficio aportado a su padre. Ironías de la vida.

A unos días de que se cumplan 40 años de estos acontecimeintos, de los que mi generación ha sido testigo presencial de primera fila, recojo para esta bitácora dos textos alusivos al fenómeno social, político y mediático en que se ha convertido el Che. Uno de ellos del periódico argentino El Clarín y el otro del diario español El País. Ambos ensayos merecen ser leídos. Disfrútenlos.

La Pasión del Che.

Jorge Aulicino, El Clarín.

La conjunción de una derrota sublime, de un craso error táctico y estratégico, y de dos imágenes que se difundieron casi simultáneamente hicieron de Ernesto Guevara un símbolo de desinterés, coraje, absoluto desapego, incluso por el objetivo, y emblema de una victoria metafísica.

La historia debe aún decir mucho sobre las razones que llevaron a Guevara y sus ideales al callejón sin salida de la Quebrada de Churo, en la selva de Ñancahuazú, en el sudeste boliviano. El modo incluso en que el Che cayó en manos del ejército boliviano, herido, andrajoso, con su arma rota, debería ser tan significativo como su cuerpo tendido sobre una angarilla colocada a su vez sobre dos piletones en el lavadero del hospital de Vallegrande.

"No se preocupe, capitán, esto se acabó", dice Gary Prado que le dijo Guevara al entregarse. Prado es hoy general y se mueve en silla de ruedas, baleado por la espalda por error cuando desalojaba, años después, un pozo petrolero tomado por comandos ultraderechistas. Ese "esto se acabó" no significó más que la confesión casi sarcástica de una impotencia que nunca fue explicada. No es la frase que Guevara pronuncia desde el terreno del mito, al que lo enviaron para siempre las dos ráfagas de fusil automático disparadas por el sargento Mario Terán, mientras estaba prisionero en una escuela del poblado de La Higuera. Las palabras que el mito pronuncia son: "Apunte bien y dispare. Va usted a matar a un hombre". Terán se encargó de repetirlas. Ellas resuenan hoy de un modo extraño. Guevara parece estar diciendo: "Va usted a matar a un valiente", pero también: "Va a matar a un hombre, no a su leyenda".

¿Cómo se construyó ese mito ante el que no valían de nada ayer, y valen bien poco hoy, las protestas de equivocación, de pertinaz error, de profunda y quizá definitiva ceguera?

Hoy, los campesinos de esa región de Bolivia han hecho un santuario no del lugar en el que fue fusilado -la escuelita de La Higuera- sino del lavadero de Vallegrande, en el que fue exhibido su cadáver. El campesinado que entonces no se unió a él ni lo apoyó, en parte lo tiene como un santo. Ese es el resto de religiosidad verdadera que aún inspira el Che. El resto es un aluvión de imágenes de las que no es posible establecer el contenido ni el significado. Las llevan sobre sus remeras, sobre su piel o en las lunetas de sus automóviles miles de jóvenes que no habían nacido cuando el Che murió, que no son socialistas ni lo serán y que ignoran casi todo sobre el tipo de revolución que el Che quería.

El Che partió de Cuba en 1965. Es inocultable que había perdido allí varias batallas políticas y que no era demasiado apto para librarlas. En 1967, el año de su muerte, el editor marxista italiano Giangiacomo Feltrinelli, quien en 1972 murió víctima de una explosión mientras se supone intentaba sabotear una torre de alta tensión cerca de Milán, obtuvo regalada una foto de Alberto Korda, de 1960. El fotógrafo cubano la había tomado en un acto callejero cuando el Che se acercó a la baranda del palco para echar una mirada a la multitud. La descartó. Feltrinelli vio las posibilidades de esa imagen de una especie de ángel severo y visionario. En pocas semanas alumbraba el primer póster del Che. La imagen invadió pancartas y carteles. Meses después, el Che moría.

Casi simultáneamente otra foto se sobrepuso: la que obtuvo el fotógrafo de UPI Freddy Alborta en la lavandería del hospital de Vallegrande, que lo haya querido o no recuerda a Cristo. Las fotos del Che que sacó Freddy Alborta; la pintura de Andrea Mantegna, La lamentación sobre Cristo Muerto, de 1490, y la pintura de Rembrandt, La lección de Anatomía del doctor Nicolás Tulp, de 1632, han dotado aquella muerte de una iconografía de martirio. Un cierto modo de vincular estas imágenes producidas por la pintura y la historia dieron pávulo a discusiones que se suceden desde que el escritor inglés John Berger relacionó el cuadro de Rembrandt con las fotografías de Vallegrande.

En realidad, los hechos, las casualidades, la pintura, la religión católica, parecen haberse complotado para que la imagen de Guevara saliera de la historia e ingresara en el terreno del mito, en el instante preciso en que murió. El ángel en 1960 y el mártir en 1967 son dos rostros para un mismo sacrificio, puesto que la foto de Korda da la vuelta al mundo impregnada ya del aire sacrificial de la foto de Alborta. Décadas después, ubicado por el realizador argentino Leandro Katz para su documental El día que me quieras (1997), el fotógrafo boliviano dijo: "Me conmovió la mirada de Guevara. Tenía la impresión de estar fotografiando a un Cristo, y en ese entorno me moví. No era simplemente un cadáver, era algo extraordinario". Si Alborta sintió realmente que se movía en un "entorno" místico, entonces estaba instintivamente unido a la corriente pictográfica que desde el Renacimiento ha puesto un poder sobrenatural en las imágenes del Cristo y del cuerpo de Cristo.

Ni el comando militar boliviano ni Terán que no hirió la cara del Che ni el agente de la CIA Félix Rodríguez que le ordenó evitar la desfiguración del rostro pudieron prever cómo la cámara del fotógrafo cavaría en la oscuridad hasta encontrar un cuerpo humano abatido y una mirada sobrehumana, al punto de que se comparara la escena con la de un Cristo bajado de la cruz y con una obra de Rembrandt en la que luces y sombras unen la carne detestable y perecedera, el olor de morgue y hospital, con un hálito cósmico. Hay mucha poesía en eso, pero una poesía de la que se hicieron cargo y dieron por buena sucesivas generaciones. La lente fotográfica, el arte mecánico del siglo, produjo el efecto de todo gran arte, desde el principio hasta el final del mito del Che.

El resto parece literatura. Y lo que siguió, una reproducción al infinito de una silueta que no tiene ya contenido propagandístico, puesto que no queda qué propagandizar, ni político, sino meramente ideológico en términos de mistificación.

Que el Che se haya estrellado contra la pared de hierro de la realidad lo hizo inmortal. En su momento, no sólo no detuvo el guerrillerismo juvenil, sino que lo alentó. Hoy no sirve de nada decir que su incursión en Bolivia fue un fracaso, militar y político, un error de trágicas dimensiones para él y para el movimiento revolucionario. La cuestión por la que el Che moría no era importante. El estadounidense Peter Bourne en su biografía Fidel ha señalado la causa por la que, en tanto fracaso político, la muerte del Che es éticamente estimulante: "El Che, un revolucionario purista, romántico, creía que estar moralmente en lo correcto era, en última instancia, más importante que lograr la victoria".

Hay ideas que la imagen del Che ya no conlleva. Ideas que por otra parte serían muy difíciles de entender para los jóvenes que portan esas imágenes. Son de un período de la historia cuyo discurso resulta incomprensible. En La vida en rojo (1997) el ensayista mexicano Jorge Castañeda anota: "Las ideas del Che, su vida, su obra, incluso su ejemplo, pertenecen a otra etapa de la historia moderna, y como tales, difícilmente recobrarán algún día su actualidad. Las principales tesis teóricas y políticas vinculadas al Che -la lucha armada, el foco guerrillero, la creación del hombre nuevo y la primacía de los estímulos morales, el internacionalismo combatiente y solidario- carecen virtualmente de vigencia. La revolución cubana -su mayor triunfo, su verdadero éxito- agoniza o sólo sobrevive gracias al rechazo de buena parte de la herencia ideológica de Guevara. Pero la nostalgia persiste".

El "clima de época" está en toda esta historia que al correr de los años pareció desmesurada e imposible. Tenía el sello de la revolución cubana, que también en principio pareció imposible y que fue juzgada en todo el mundo de la izquierda como un suceso excepcional en el que habían concurrido una incorrecta información de los Estados Unidos, la congénita debilidad del ejército cubano, la bandera nacionalista de fuerte arraigo en la isla y un coraje fuera de lo común. Un golpe de dados.

Che Vs. Feti-Che

Iván de la Nuez, El País.

El ensayista cubano reflexiona sobre la conversión de Ernesto Che Guevara en icono pop. La conmemoración, el próximo 8 de octubre, del 40º aniversario de la muerte del guerrillero argentino permite comprobar cómo la figura de un enemigo del capitalismo que se declaraba ateo y que en algún momento se autodefinió como "máquina de matar" ha terminado convirtiéndose en bandera del pacifismo y en objeto de consumo teñido de mística. (N. de El País)

En principio, por él no quedó...

"Ésta es la historia de un fracaso", indica al comienzo de su diario en el Congo, pero unas páginas antes su hija lo contradice y afirma, en la introducción, que es la narración de una victoria. En un momento de su vida se califica como "una fría y selectiva máquina de matar", mas no hay campaña pacifista en el mundo sin su rostro flameando en alguna bandera. Se opuso con fiereza a los valores del capitalismo, y sin embargo en e-bay se venden centenares de fetiches con su imagen. Descreía del típico héroe americano -su modelo era Garibaldi y llegó a postularse como un "pequeño condottiero del siglo XX"-, aunque Hollywood lo ha representado con Omar Sharif, Antonio Banderas, Gael García y, próximamente, Benicio del Toro. En El socialismo y el hombre en Cuba apostó por un arte al servicio del pueblo, si bien eso no ha sido problema para que artistas del mainstream como Annie Leibovitz, Vik Muniz o Pedro Meyer lo pasen por el turmix de sus exitosas carreras. Firmó los billetes con desprecio y llegó a predecir el fin del dinero, en cambio hoy aparece -no su firma sino su cara, esa marca no del todo registrada- en dinero que manosea cualquiera. Fue ateo hasta la médula y alertó de que era el Anticristo, pero una exposición titulada precisamente Passion, en Italia, incluye su foto muerto y David Kunzle le ha llamado "Chesucristo" en un estudio sobre las representaciones místicas de su figura. Su prototipo de ser humano buscaba un hombre nuevo sin vicios, aunque allí está, volando, en un coffee shop de Amsterdam, bien fumado y con los ojos perdidos...

En el trabajo más abarcador sobre este asunto, la crítica inglesa Trisha Ziff ha concebido un proyecto bajo el título original de Che: Market and Revolution, en el que se recogen unas trescientas piezas, firmadas y anónimas, que reafirman o pervierten la foto original tomada por el fotógrafo cubano Alberto Korda el 5 de marzo de 1960 en La Habana. Una foto a la que, por cierto, algún mérito habrá que reconocerle en la creación de la estampa más famosa del siglo pasado.

Esa misma foto que aparece en la camiseta de Carlos Santana, en plena ceremonia de los Oscar, y que repugnó de tal manera al jazzista cubano Paquito D'Rivera que éste le envió una carta pública donde le recordaba a un Che ejecutor, al mando de los fusilamientos en la prisión de La Cabaña en La Habana.

He dicho, al principio, que por él no quedó, pero Rodrigo Fresán (y ya son muchos peros) me ha apuntado lo contrario. "A mí no me engaña: ese hombre -como el top-model Derek Zoolander preparando calculada y pacientemente su Blue Steel que sacudirá el mundo de la moda- tiene que haber practicado mucho ese rostro y esos rasgos frente al espejo". Aunque de ser esto cierto, todo sería aún más monstruoso y más desarmados quedarían todavía los enemigos políticos del Che, incapaces de conseguir, a conciencia y con todo a favor, un emblema medianamente parecido.

El caso es que ahí lo tenemos: Chihuahua, Homer Simpson, Padre de Familia, Charles Manson, con los labios pintados, en cualquier cosa que sea objeto de compraventa. Tatuado en Maradona y en Mark Tyson. En un medallón de Johnny Depp en la portada de Life y cobijado en la diminuta delantera de un tanga de Giselle Bundchen (desde ahora Bund-Che-n), que me ha lanzado sin escala al lema formador de mi infancia: "¡Seremos como el Che!".

Esa consigna ha sido repetida hasta el infinito por la mayoría de cubanos que hoy existen. Esa generación es también la más amplia del exilio, al que han dinamitado demográfica, racial y culturalmente como la primera gran explosión del destierro global, posterior a la debacle del comunismo. Pues bien, en cualquiera de esas ciudades a las que hemos ido a recalar pueden encontrarse más "Ches" que en La Habana o Santiago de Cuba. Y la mayoría de ellos no nos conminan al sacrifico o la inmolación, sino a participar de la sociedad de consumo en toda su magnitud. Es más, para poder apreciar esa imagen en toda su polisemia, es obligatorio salirse de los predios cubanos donde el rostro de marras tiene más bien una envergadura unidimensional.

Era en Berlín occidental, y no en el Berlín comunista, donde se vendían más objetos del Che. Y tuvo que ser un shock para los alemanes de la antigua RDA descubrir que, entre los elegantes comercios de Charlottenburg, al otro lado de aquel muro que ellos mismos derribaron, hay una tienda dedicada exclusivamente a este hombre que debe haberles provocado más de una pesadilla en su pasado comunista.

Para la izquierda radical, el fetiche del Che significa una victoria cultural después de una derrota política. Para la derecha radical, el fetiche del Che significa una derrota cultural después de una victoria política.

Por eso, cuando algunos conservadores arremeten contra el fetiche por la historia revolucionaria y violenta del personaje, lo primero que demuestran es un alarmante desconocimiento de cómo funciona este capitalismo que tanto defienden a capa y espada. Este sistema que necesita matar al Che personaje -y así lo ha hecho- tanto como distribuir la mercancía que les representa (cosa que también ha hecho sin el menor rubor).

Para ellos, en el fondo, la única salida coherente hubiera sido abanderar una campaña por la prohibición absoluta de esta imagen a escala mundial. Pero eso es, exactamente, lo que no les conviene hacer. Una maquinaria tan cínica que fue capaz de convertir al Che en fetiche, ¿será ahora tan torpe que convertirá al fetiche en Che? ¿Le dejará al personaje exclusivamente su valor subversivo para que afloren su legado y sus maneras en la inestable vida que hoy vivimos? ¿Despojará a esta figura de su neutralidad pop para exponer a los cuatro vientos el ejemplo de un enemigo carismático y letal que se pasó la mitad de su existencia jugándose la vida y al que Max Aub calificó, hace cuarenta años, como "el único caudillo de nuestra época muerto en el campo de batalla"? Me temo que no, entre otras cosas porque la derecha lleva también su buena carga de muerte en la mochila y tendría que enfrentarse a la supresión de sus propios iconos, pues hay muy pocos hoy en la política y en el mercado que no tengan alguna ignominia en la trastienda.

Al final, que tampoco quede por ellos.