jueves, 30 de julio de 2009

Saramago: Federación hispano-portuguesa

 E pur si muove

José Saramago.

"Y sin embargo, se mueve". Estas palabras las diría como si fuera un susurro casi inaudible Galileo Galilei al terminar la lectura de la abjuración a que fue forzado por los inquisidores generales de la Iglesia Católica el 22 de Junio de 1633. Se trataba, como se sabe, de obligarlo a desmentir, condenar y repudiar públicamente lo que había sido y seguía siendo su profunda convicción, es decir, la verdad científica del sistema copernicano, según el cual es la Tierra la que gira alrededor del Sol y no el Sol alrededor de la Tierra. El estudio del texto de la abjuración de Galileo debería estudiarse con conveniente atención en todos los establecimientos de enseñanza del planeta, fuese cual fuese la religión dominante, no tanto para confirmar lo que hoy es una evidencia para todo el mundo, que el Sol está parado y la Tierra se mueve a su alrededor, sino como manera de prevenir la formación de supersticiones, lavados de cerebro, ideas hechas y otros atentados contra la inteligencia y el sentido común.

No es, pese a la introducción, Galileo el objeto primero de este texto, sino algo más próximo en el tiempo y en el espacio. Me refiero al Barómetro Hispano-

Luso del Centro de Análisis Social de la Universidad de Salamanca, publicado hoy, sobre las eventuales posibilidades de creación de una unión entre los dos países de la Península Ibérica de cara a la formación de una Federación hispano-portuguesa.

Los lectores que acompañan regularmente éste y otros comentarios míos recordarán la polémica, adornada con unos cuantos insultos elegidos y unas cuantas acusaciones de traición a la patria, que mi pronóstico de una unión de ese tipo suscitó hace relativamente poco tiempo. Pues bien, de acuerdo con el sondeo de la Universidad de Salamanca, 39,9% de los portugueses y 30,3% de los españoles apoyarían esa unión. Los porcentajes muestran un sensible avance, tanto en un país como en el otro, sobre los cálculos realizados en aquel momento. Los que rechazan la idea constituyen poco más del 30% de las personas consultadas, es decir, 260 de los 876 ciudadanos entrevistados durante los meses de abril y mayo de este año.

Al contrario de lo que generalmente se dice, el futuro ya está escrito, lo que ocurre es que nosotros no tenemos todavía la ciencia necesaria para leerlo. Las protestas de hoy pueden convertirse en los acuerdos de mañana, y, por supuesto, también podría suceder lo contrario, aunque una cosa es cierta y la frase de Galileo tiene aquí perfecto encaje. Sí, Iberia. E pur si muove.

Tomada de El País.

1 comentario:

Eduardo dijo...

Soy un español residente en Portugal, casado con una portuguesa y contrario a la dicha unión. Pues del lado portugués, que siempre ha temido y odiado a España, solo hay un tremendo sentido del oportunismo económico y, en el momento en que las diferencias económicas desapareciesen, exigirían nuevamente su independencia.
Por eso, espero que no se produzca un nuevo caso de país que enriquece a la sombra del país y posteriormente ven todo tipo de diferencias culturales, raciales e ideológicas motivo de separación. Por mí, basta.
Excelente blog, por cierto. Espero verte pronto por el mio... Un cordial saludo desde Lisboa.