Según la leyenda, Vincent van Gogh (Groot-Zunder, Holanda, 1853; Auvers-sur-Oise, Francia, 1890) se tocaba con un sombrero lleno de velas encendidas para pintar de noche. Tal era su necesidad de captar los tonos cambiantes de la luz, que ni siquiera las tinieblas le obligaban a cerrar su caballete. Vincente Minnelli plasmó esa escena mítica en su película sobre el pintor (El loco del pelo rojo) poniéndole al actor Kirk Douglas un gorro chorreante de cera caliente en la cabeza. El museo que lleva el nombre del artista holandés en Ámsterdam no ha podido comprobar la veracidad de la historia, pero sí que ha conseguido un objetivo largamente acariciado: reunir por vez primera en una exposición los cuadros nocturnos del genial pintor, con el más famoso de todos ellos, Noche estrellada, como absoluto polo de atracción. Apropiadamente titulada Van Gogh y los colores de la noche, la cita cumple otra función que permitirá sonreír al personal de la sala hasta el próximo 7 de junio, fecha de la clausura: el cuadro Noche estrellada ha favorecido toda clase de conjeturas cósmicas sobre el día en que el artista plantó una luna en cuarto creciente sobre un cielo retorcido; pero la obra, acabada en 1889, no está en Holanda, sino en Nueva York, en el Museo de Arte Moderno (MOMA). Así que cuando los visitantes inquieren en Ámsterdam por la tela -y es la pregunta más repetida- se les dice con resignación que cuelga en Estados Unidos. "Por eso es un gozo tenerla ahora aquí, y haber podido trabajar con el MOMA en esta exposición, que recoge la fascinación de Van Gogh por el crepúsculo y los nocturnos", afirma Axel Rüger, director del museo holandés. La colaboración ha sido intensa y con una oferta doble. Los cuadros estuvieron en Nueva York y ahora llegan a Ámsterdam como única plaza europea para su disfrute. Hay varias sorpresas para el visitante entre los 32 lienzos, 19 trabajos sobre papel y cinco bocetos reunidos en la muestra. Dividida en cuatro apartados temáticos, la exposición arranca con los atardeceres, recorre luego la vida campesina, la siembra, y se cierra con "la poesía de la noche". Ya en el primero, destacan dos piezas cedidas por el Museo Thyssen-Bornemisza, de Madrid. Se trata de Paisaje nocturno (1885) y Estibadores de Arlés (1888), unas escenas con un sosiego que no suele atribuirse al artista. Hijo de un pastor protestante y aspirante él mismo a predicador, la noche presentaba un enorme reto para el espíritu de Vincent Van Gogh. Era el momento del recogimiento, la reflexión y el descanso. De igual modo, suponía la lucha contra la tentación de pintar, a la que sucumbía, en lugar de preparar sus sermones. En el museo holandés, el paso de la noche oscura a la noche luminosa es bien palpable. Junto a la negrura de iconos holandeses fechados hacia 1885, como la casi mística Familia comiendo patatas y Casita de campo, pueden verse crepúsculos y trigales franceses arrebatados, de 1888. De La siega, otro tema esencial, hay tres versiones reunidas por primera vez desde 1984. Para cuando se llega al punto álgido de la visita, la mano de Van Gogh revela la intensidad que le ha hecho famoso. Porque no sólo Noche estrellada es un frenesí de pinceladas, empaste y una luna amarilla como un sol. "La fascinación de la noche no le abandona nunca, pero en Francia, cuando llega la luz de gas, la vida cambia. Los bares abren todo el día y quiere captar hasta el último destello, a oscuras. Por eso pinta terrazas de cafés en plena madrugada y monta sus aperos frente al río Ródano, en Arlés, buscando reflejos en el agua", afirma Maite van Dijk, investigadora del MOMA, que ha colaborado en el catálogo de la muestra. Es posible que Vincent Van Gogh nunca llevara un gorro de velas puesto, pero sí apareció citado en el diario de Arlés como "el tipo que pinta de noche en la calle".
O vaticanerías. No consigo ver a los señores cardenales y a los señores obispos trajeados con un lujo que escandalizaría al pobre Jesús de Nazaret, apenas cubierto con su túnica de pésimo paño, por muy inconsútil que fuera y seguramente no lo era, sin recordar el delirante desfile de moda eclesiástica que Fellini, genialmente, colocó en Ocho y Medio para su y nuestro disfrute. Estos señores se suponen investidos de un poder que sólo nuestra paciencia ha hecho perdurar. Se dicen representantes de Deus en la tierra (nunca lo han visto y no tienen la menor prueba de su existencia) y se pasean por el mundo sudando hipocresía por todos los poros. Tal vez no mientan siempre, pero cada palabra que dicen o escriben lleva por detrás otra pegada que la niega o limita, que la disimula o pervierte. A esto ya muchos más o menos nos habíamos habituado antes de pasar a la indiferencia, cuando no al desprecio. Se dice que la asistencia a los actos religiosos va disminuyendo rápidamente, pero me permito apuntar que también es menor el número de personas que, aun no siendo creyentes, entran en una iglesia para disfrutar de la belleza arquitectónica, de las pinturas y esculturas, de todo ese escenario que la falsedad de la doctrina que lo sustenta al final no merece.
Los señores cardenales y los señores obispos, incluyendo obviamente al papa que los gobierna, no están nada tranquilos. Pese a vivir como parásitos de la sociedad civil, las cuentas no les salen. Ante el lento aunque implacable hundimiento de este Titanic que es la iglesia católica, el papa y sus acólitos, nostálgicos del tiempo en que imperaban, en criminal complicidad, el trono y el altar, recurren ahora a todos los medios, incluyendo el chantaje moral, para inmiscuirse en la gobernación de los países, en especial aquellos que, por razones históricas y sociales, todavía no han osado cortar las amarras que sieguen atándolos a la institución vaticana. Me entristece ese temor (¿religioso?) que parece paralizar al gobierno español siempre que tiene que enfrentarse no sólo a enviados papales, sino también a los “papas” domésticos. Y digo todavía más: como persona, como intelectual, como ciudadano, me ofende la displicencia con que el papa y su gente trata al gobierno de Rodríguez Zapatero, ese que el pueblo español eligió con entera conciencia. Por lo visto, parece que alguien tendrá que tirarle un zapato a uno de esos cardenales.
Eluana Englaro è morta questa sera intorno alle 20.10, in quella stanza della clinica la Quiete che sembrava diventata il crocevia di mille perizie. Sono sopraggiunte complicazioni e "problemi tonici" nel pomeriggio. Da quattro giorni era stata sospesa l'alimentazione.
I genitori non erano presenti. Il padre è stato avvisato per telefono dal medico, il dottor Amato De Monte. Beppino Englaro si trovava a Lecco, dove domani doveva partecipare a un processo. Gli volevano togliere la patria potestà.
"Sì, ci ha lasciati -ha detto piangendo Beppino Englaro -. Ma non voglio dire niente, voglio soltanto stare solo".
La conferma della morte di Eluana Englaro è arrivata anche dalla presidente della Quiete, Ines Domenicali. "E' morta, non so dire l'ora. Non chiedetemi altro".
Davanti alla clinica, circa duecento militanti cattolici e del movimento per la Vita che hanno a lungo rumoreggiato per poi raccogliersi in preghiera.
EN LA CAPITAL DE MÉXICO, YA SE DISPONE DE UN MECANISMO JURÍDICO AL RESPECTO:
¿Conoces la Ley de Voluntad Anticipada para el DF?
El 4 de abril del 2008 se publicó en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, el Reglamento de la Ley de Voluntad Anticipada para el Distrito Federal. Entró en vigor al día siguiente de su publicación y su Manual de Funcionamiento será emitido dentro de los próximos 30 días.
El Reglamento establece la posibilidad de que un enfermo en etapa Terminal pueda tramitar, mediante un documento de voluntad anticipada, su decisión libre de no someterse a medios, tratamientos y/o procedimientos médicos que pretendan prolongar su vida o mantenerla por vías artificiales.
Se incorporan también medidas para controlar cualquier síntoma que cause dolor, y para dar la asistencia sicológica o tanatológica necesaria al paciente y sus familiares.
Además, las dependencias de salud local quedan obligada a ofrecer atención médica domiciliaria a los enfermos en etapa terminal, así como emitir los lineamientos para aplicar esta normatividad en las instituciones privadas de salud.
Mediante la solicitud de voluntad anticipada, el enfermo en etapa terminal también puede manifestar, si así lo desea, la voluntad de donar sus órganos y tejidos para su transplante a otras personas.
El documento de voluntad anticipada deberá realizarse en forma escrita y firmarse ante un notario público, y podrá suscribirse en cualquier Unidad Médica Hospitalaria pública o privada.
Se establece que en el caso de que el enfermo terminal se encuentre impedido para manifestar por si mismo su voluntad, familiares cercanos (el cónyuge, el o la concubina, el o la conviviente, los hijos mayores de edad o adoptados, los padres o adoptantes, los nietos mayores de edad y los hermanos mayores de edad) podrán tramitar su voluntad.
Cuando el enfermo en etapa terminal sea menor de edad o incapaz legalmente declarado, los padres o adoptantes, los familiares o personas que ejerzan la patria potestad del menor o los hermanos mayores de edad podrán suscribir el documento de voluntad anticipada.
Los mayores de dieciséis años y menores de dieciocho, deberán estar acompañados por quien ejerza su tutela o patria potestad y quienes firmarán en su nombre y representación.
Solo podrá anularse o revocarse la voluntad anticipada cuando: (a) el llenado de la solicitud se realice bajo amenazas contra el enfermo o suscriptor; (b) se realice con animo de obtener un beneficio o provecho del enfermo; (c) cuando el enfermo no exprese claramente su voluntad o cuando medie alguno de los vicios del consentimiento establecidos en el Código Civil vigente para el Distrito Federal.
Con la expedición de la ley y su reglamento, se otorga a los enfermos del Distrito Federal en etapa terminal, la libre opción y la facultad, no la obligación, de decidir si continúan viviendo o no por medios artificiales; y al mismo tiempo, se exhorta a los enfermos terminales a donar sus órganos para que ayuden a salvar otras vidas.
Un mundo nuevo: Obama, operando desde el corazón del imperio, en uso del bisturí de mando recién tomado, logra sus primeras victorias ante su Congreso al aprobarse (277 contra 188) en la Cámara de Representantes, el plan de estímulo económico por 825,000 millones de U$, con que intenta rescatar la economía de los Estados Unidos, dando así una patada en el trasero a la quintaesencia del capitalismo. Al mismo tiempo, en el Foro Económico Mundial de Davos se reúne lo más granado del empresariado y la dirigencia mundial para discutir y aceptar tácita y expresamente la intervención del Estado en la economía de los países. Nunca antes, en la historia moderna se había reconocido, aun por los recalcitrantes, con tanta claridad la insuficiencia e incapacidad del capitalismo y del mercado para resolver sus contradicciones. Adam Smith, padre de esa escuela de pensamiento, debe estar incómodo, removiéndese en su tumba.
Mientras tanto, en otro extremo del mundo, en Belem, Brasil, reunidos como cada año desde hace varios, la contra del capitalismo mundial festeja en cierta manera la muerte del hiper-capitalismo y canta odas a su razón. ¡Lo dijimos, lo dijimos! parecen entonar los participantes en el Foro Social Mundial. "Definitiva intervención estatal", "mercado socialmente responsable", son las divisas de siempre que hoy parecen estar triunfando, o al menos emergiendo con fuerza incontestable.
"De una forma u otra, los 120.000 activistas llegados de todo el mundo al Foro Social Mundial (FSM) que se celebra en la ciudad brasileña de Belém son de izquierdas. De todas las izquierdas: antiguas y modernas. Unas izquierdas sin horizontes en las que se dan cita viejos leninistas, nuevos ecologistas, anarquistas con banderas negras, curas progresistas e incluso asociaciones de prostitutas. Muchas izquierdas con una sola pregunta: ¿qué hacer con el capitalismo? Y una novedad: por primera vez, ninguna de esas izquierdas ha quemado banderas estadounidenses, como ocurría en ediciones anteriores a este encuentro, concebido como alternativa al Foro Económico Mundial de Davos (Suiza). El que ahora se desarrolla en Belém, que en años previos parecía agonizar víctima de la euforia neoliberal de un mundo cada vez más rico, ha resucitado con fuerza gracias a la crisis financiera mundial, que ha cambiado el reparto de la baraja.Sin embargo, aunque la pregunta sobre el futuro del capitalismo es el denominador común de los debates y conferencias del foro, no existe consenso acerca de cómo o con qué sustituirlo.En las discusiones se perfilan dos tendencias: por un lado, la de quienes quieren sustituir el capitalimo por otro sistema económico, sin especificar cuál. Algunos, como el Movimiento de los Sin Tierra (MST), abogan por una vuelta al socialismo. ¿Pero qué socialismo? Eso ya es más difícil de definir, a pesar de que varios expertos, como el sociólogo español Ignácio Ramonet, pidió que el FSM emprenda batallas comunes con los Gobiernos de ruptura con el capitalismo, como los de Venezuela, Bolivia y Ecuador."Mercado socialmente responsable"La segunda tendencia, más moderada, es la defendida por uno de los creadores del foro, Oded Grajew, quien propone como alternativa al sistema que se ha roto lo que califica de "capitalismo socialmente responsable". En vez de mercado libre, pide un "mercado socialmente responsable, con una democracia más participativa". No rechaza la existencia de empresas privadas, pero siempre, puntualiza, "que sean controladas socialmente".Junto a la pregunta de qué hacer con el capitalismo, otro interrogante suena con fuerza en el foro de Belém: ¿dónde tenían los Gobiernos del mundo esos miles de millones de dólares que ahora se sacan de la manga para salvar el sistema financiero y de los que carecían cuando se trataba de invertir en educación o sanidad?Si desde su primera edición, en 2001, el foro social se presentó como contrapunto al de Davos, este año el antagonismo no puede ser más evidente y puntual.El Partido de los Trabajadores (PT), que gobierna en Brasil y al que el foro acusa de haber renunciado a sus raíces de izquierda, ha movilizado a 3.000 militantes para preparar un clima favorable a la llegada del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, que este año ha preferido asistir al encuentro de Belém en lugar de al de Davos. Según alguno de sus asesores, parece que el presidente arremeterá con fuerza contra el capitalismo y contra los que han originado la crisis financiera internacional.No ha sido aún confirmada la participación de Lula en el debate previsto entre los Sin Tierra y los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez; Bolivia, Evo Morales, y Paraguay, Fernando Lugo. El MST, al parecer, no ha invitado a Lula, con quien mantiene numerosas diferencias."
(La que sigue es la traducción al español tomada de El Pais.com)
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Queridos conciudadanos: Me presento aquí hoy humildemente consciente de la tarea que nos aguarda, agradecido por la confianza que habéis depositado en mí, conocedor de los sacrificios que hicieron nuestros antepasados. Doy gracias al presidente Bush por su servicio a nuestra nación y por la generosidad y la cooperación que ha demostrado en esta transición. Son ya 44 los estadounidenses que han prestado juramento como presidentes. Lo han hecho durante mareas de prosperidad y en aguas pacíficas y tranquilas. Sin embargo, en ocasiones, este juramento se ha prestado en medio de nubes y tormentas. En esos momentos, Estados Unidos ha seguido adelante, no sólo gracias a la pericia o la visión de quienes ocupaban el cargo, sino porque Nosotros, el Pueblo, hemos permanecido fieles a los ideales de nuestros antepasados y a nuestros documentos fundacionales. Así ha sido. Y así debe ser con esta generación de estadounidenses. Es bien sabido que estamos en medio de una crisis. Nuestro país está en guerra contra una red de violencia y odio de gran alcance. Nuestra economía se ha debilitado enormemente, como consecuencia de la codicia y la irresponsabilidad de algunos, pero también por nuestra incapacidad colectiva de tomar decisiones difíciles y preparar a la nación para una nueva era. Se han perdido casas; se han eliminado empleos; se han cerrado empresas. Nuestra sanidad es muy cara; nuestras escuelas tienen demasiados fallos; y cada día trae nuevas pruebas de que nuestros usos de la energía fortalecen a nuestros adversarios y ponen en peligro el planeta. Estos son indicadores de una crisis, sujetos a datos y estadísticas. Menos fácil de medir pero no menos profunda es la destrucción de la confianza en todo nuestro territorio, un temor persistente de que el declive de Estados Unidos es inevitable y la próxima generación tiene que rebajar sus miras. Hoy os digo que los problemas que nos aguardan son reales. Son graves y son numerosos. No será fácil resolverlos, ni podrá hacerse en poco tiempo. Pero debes tener clara una cosa, América: los resolveremos. Hoy estamos reunidos aquí porque hemos escogido la esperanza por encima del miedo, el propósito común por encima del conflicto y la discordia. Hoy venimos a proclamar el fin de las disputas mezquinas y las falsas promesas, las recriminaciones y los dogmas gastados que durante tanto tiempo han sofocado nuestra política. Seguimos siendo una nación joven, pero, como dicen las Escrituras, ha llegado la hora de dejar a un lado las cosas infantiles. Ha llegado la hora de reafirmar nuestro espíritu de resistencia; de escoger lo mejor que tiene nuestra historia; de llevar adelante ese precioso don, esa noble idea, transmitida de generación en generación: la promesa hecha por Dios de que todos somos iguales, todos somos libres, y todos merecemos una oportunidad de buscar toda la felicidad que nos sea posible. Al reafirmar la grandeza de nuestra nación, sabemos que esa grandeza no es nunca un regalo. Hay que ganársela. Nuestro viaje nunca ha estado hecho de atajos ni se ha conformado con lo más fácil. No ha sido nunca un camino para los pusilánimes, para los que prefieren el ocio al trabajo, o no buscan más que los placeres de la riqueza y la fama. Han sido siempre los audaces, los más activos, los constructores de cosas -algunos reconocidos, pero, en su mayoría, hombres y mujeres cuyos esfuerzos permanecen en la oscuridad- los que nos han impulsado en el largo y arduo sendero hacia la prosperidad y la libertad. Por nosotros empaquetaron sus escasas posesiones terrenales y cruzaron océanos en busca de una nueva vida. Por nosotros trabajaron en condiciones infrahumanas y colonizaron el Oeste; soportaron el látigo y labraron la dura tierra. Por nosotros combatieron y murieron en lugares como Concord y Gettysburg, Normandía y Khe Sahn. Una y otra vez, esos hombres y mujeres lucharon y se sacrificaron y trabajaron hasta tener las manos en carne viva, para que nosotros pudiéramos tener una vida mejor. Vieron que Estados Unidos era más grande que la suma de nuestras ambiciones individuales; más grande que todas las diferencias de origen, de riqueza, de partido. Ése es el viaje que hoy continuamos. Seguimos siendo el país más próspero y poderoso de la Tierra. Nuestros trabajadores no son menos productivos que cuando comenzó esta crisis. Nuestras mentes no son menos imaginativas, nuestros bienes y servicios no son menos necesarios que la semana pasada, el mes pasado ni el año pasado. Nuestra capacidad no ha disminuido. Pero el periodo del inmovilismo, de proteger estrechos intereses y aplazar decisiones desagradables ha terminado; a partir de hoy, debemos levantarnos, sacudirnos el polvo y empezar a trabajar para reconstruir Estados Unidos. Porque, miremos donde miremos, hay trabajo que hacer. El estado de la economía exige actuar con audacia y rapidez, y vamos a actuar; no sólo para crear nuevos puestos de trabajo, sino para sentar nuevas bases de crecimiento. Construiremos las carreteras y los puentes, las redes eléctricas y las líneas digitales que nutren nuestro comercio y nos unen a todos. Volveremos a situar la ciencia en el lugar que le corresponde y utilizaremos las maravillas de la tecnología para elevar la calidad de la atención sanitaria y rebajar sus costes. Aprovecharemos el sol, los vientos y la tierra para hacer funcionar nuestros coches y nuestras fábricas. Y transformaremos nuestras escuelas y nuestras universidades para que respondan a las necesidades de una nueva era. Podemos hacer todo eso. Y todo lo vamos a hacer. Ya sé que hay quienes ponen en duda la dimensión de mis ambiciones, quienes sugieren que nuestro sistema no puede soportar demasiados grandes planes. Tienen mala memoria. Porque se han olvidado de lo que ya ha hecho este país; de lo que los hombres y mujeres libres pueden lograr cuando la imaginación se une a un propósito común y la necesidad al valor. Lo que no entienden los escépticos es que el terreno que pisan ha cambiado, que las manidas discusiones políticas que nos han consumido durante tanto tiempo ya no sirven. La pregunta que nos hacemos hoy no es si nuestro gobierno interviene demasiado o demasiado poco, sino si sirve de algo: si ayuda a las familias a encontrar trabajo con un sueldo decente, una sanidad que puedan pagar, una jubilación digna. En los programas en los que la respuesta sea sí, seguiremos adelante. En los que la respuesta sea no, los programas se cancelarán. Y los que manejemos el dinero público tendremos que responder de ello -gastar con prudencia, cambiar malos hábitos y hacer nuestro trabajo a la luz del día-, porque sólo entonces podremos restablecer la crucial confianza entre el pueblo y su gobierno. Tampoco nos planteamos si el mercado es una fuerza positiva o negativa. Su capacidad de generar riqueza y extender la libertad no tiene igual, pero esta crisis nos ha recordado que, sin un ojo atento, el mercado puede descontrolarse, y que un país no puede prosperar durante mucho tiempo cuando sólo favorece a los que ya son prósperos. El éxito de nuestra economía ha dependido siempre, no sólo del tamaño de nuestro producto interior bruto, sino del alcance de nuestra prosperidad; de nuestra capacidad de ofrecer oportunidades a todas las personas, no por caridad, sino porque es la vía más firme hacia nuestro bien común. En cuanto a nuestra defensa común, rechazamos como falso que haya que elegir entre nuestra seguridad y nuestros ideales. Nuestros Padres Fundadores, enfrentados a peligros que apenas podemos imaginar, elaboraron una carta que garantizase el imperio de la ley y los derechos humanos, una carta que se ha perfeccionado con la sangre de generaciones. Esos ideales siguen iluminando el mundo, y no vamos a renunciar a ellos por conveniencia. Por eso, a todos los demás pueblos y gobiernos que hoy nos contemplan, desde las mayores capitales hasta la pequeña aldea en la que nació mi padre, os digo: sabed que Estados Unidos es amigo de todas las naciones y todos los hombres, mujeres y niños que buscan paz y dignidad, y que estamos dispuestos a asumir de nuevo el liderazgo. Recordemos que generaciones anteriores se enfrentaron al fascismo y el comunismo no sólo con misiles y carros de combate, sino con alianzas sólidas y convicciones duraderas. Comprendieron que nuestro poder no puede protegernos por sí solo, ni nos da derecho a hacer lo que queramos. Al contrario, sabían que nuestro poder crece mediante su uso prudente; nuestra seguridad nace de la justicia de nuestra causa, la fuerza de nuestro ejemplo y la moderación que deriva de la humildad y la contención. Somos los guardianes de este legado. Guiados otra vez por estos principios, podemos hacer frente a esas nuevas amenazas que exigen un esfuerzo aún mayor, más cooperación y más comprensión entre naciones. Empezaremos a dejar Irak, de manera responsable, en manos de su pueblo, y a forjar una merecida paz en Afganistán. Trabajaremos sin descanso con viejos amigos y antiguos enemigos para disminuir la amenaza nuclear y hacer retroceder el espectro del calentamiento del planeta. No pediremos perdón por nuestra forma de vida ni flaquearemos en su defensa, y a quienes pretendan conseguir sus objetivos provocando el terror y asesinando a inocentes les decimos que nuestro espíritu es más fuerte y no podéis romperlo; no duraréis más que nosotros, y os derrotaremos. Porque sabemos que nuestra herencia multicolor es una ventaja, no una debilidad. Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos e hindúes, y no creyentes. Somos lo que somos por la influencia de todas las lenguas y todas las culturas de todos los rincones de la Tierra; y porque probamos el amargo sabor de la guerra civil y la segregación, y salimos de aquel oscuro capítulo más fuertes y más unidos, no tenemos más remedio que creer que los viejos odios desaparecerán algún día; que las líneas tribales pronto se disolverán; y que Estados Unidos debe desempeñar su papel y ayudar a iniciar una nueva era de paz. Al mundo musulmán: buscamos un nuevo camino hacia adelante, basado en intereses mutuos y mutuo respeto. A esos líderes de todo el mundo que pretenden sembrar el conflicto o culpar de los males de su sociedad a Occidente: sabed que vuestro pueblo os juzgará por lo que seáis capaces de construir, no por lo que destruyáis. A quienes se aferran al poder mediante la corrupción y el engaño y acallando a los que disienten, tened claro que la historia no está de vuestra parte; pero estamos dispuestos a tender la mano si vosotros abrís el puño. A los habitantes de los países pobres: nos comprometemos a trabajar a vuestro lado para conseguir que vuestras granjas florezcan y que fluyan aguas potables; para dar de comer a los cuerpos desnutridos y saciar las mentes sedientas. Y a esas naciones que, como la nuestra, disfrutan de una relativa riqueza, les decimos que no podemos seguir mostrando indiferencia ante el sufrimiento que existe más allá de nuestras fronteras, ni podemos consumir los recursos mundiales sin tener en cuenta las consecuencias. Porque el mundo ha cambiado, y nosotros debemos cambiar con él. Mientras reflexionamos sobre el camino que nos espera, recordamos con humilde gratitud a esos valerosos estadounidenses que en este mismo instante patrullan desiertos lejanos y montañas remotas. Tienen cosas que decirnos, del mismo modo que los héroes caídos que yacen en Arlington nos susurran a través del tiempo. Les rendimos homenaje no sólo porque son guardianes de nuestra libertad, sino porque encarnan el espíritu de servicio, la voluntad de encontrar sentido en algo más grande que ellos mismos. Y sin embargo, en este momento -un momento que definirá a una generación-, ese espíritu es precisamente el que debe llenarnos a todos. Porque, con todo lo que el gobierno puede y debe hacer, a la hora de la verdad, la fe y el empeño del pueblo norteamericano son el fundamento supremo sobre el que se apoya esta nación. La bondad de dar cobijo a un extraño cuando se rompen los diques, la generosidad de los trabajadores que prefieren reducir sus horas antes que ver cómo pierde su empleo un amigo: eso es lo que nos ayuda a sobrellevar los tiempos más difíciles. Es el valor del bombero que sube corriendo por una escalera llena de humo, pero también la voluntad de un padre de cuidar de su hijo; eso es lo que, al final, decide nuestro destino. Nuestros retos pueden ser nuevos. Los instrumentos con los que los afrontamos pueden ser nuevos. Pero los valores de los que depende nuestro éxito -el esfuerzo y la honradez, el valor y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo- son algo viejo. Son cosas reales. Han sido el callado motor de nuestro progreso a lo largo de la historia. Por eso, lo que se necesita es volver a estas verdades. Lo que se nos exige ahora es una nueva era de responsabilidad, un reconocimiento, por parte de cada estadounidense, de que tenemos obligaciones con nosotros mismos, nuestro país y el mundo; unas obligaciones que no aceptamos a regañadientes sino que asumimos de buen grado, con la firme convicción de que no existe nada tan satisfactorio para el espíritu, que defina tan bien nuestro carácter, como la entrega total a una tarea difícil. Éste es el precio y la promesa de la ciudadanía. Ésta es la fuente de nuestra confianza; la seguridad de que Dios nos pide que dejemos huella en un destino incierto. Éste es el significado de nuestra libertad y nuestro credo, por lo que hombres, mujeres y niños de todas las razas y todas las creencias pueden unirse en celebración en este grandioso Mall y por lo que un hombre a cuyo padre, no hace ni 60 años, quizá no le habrían atendido en un restaurante local, puede estar ahora aquí, ante vosotros, y prestar el juramento más sagrado. Marquemos, pues, este día con el recuerdo de quiénes somos y cuánto camino hemos recorrido. En el año del nacimiento de Estados Unidos, en el mes más frío, un pequeño grupo de patriotas se encontraba apiñado en torno a unas cuantas hogueras mortecinas a orillas de un río helado. La capital estaba abandonada. El enemigo avanzaba. La nieve estaba manchada de sangre. En un momento en el que el resultado de nuestra revolución era completamente incierto, el padre de nuestra nación ordenó que leyeran estas palabras: "Que se cuente al mundo futuro... que en el más profundo invierno, cuando no podía sobrevivir nada más que la esperanza y la virtud... la ciudad y el campo, alarmados ante el peligro común, se apresuraron a hacerle frente". América. Ante nuestros peligros comunes, en este invierno de nuestras dificultades, recordemos estas palabras eternas. Con esperanza y virtud, afrontemos una vez más las corrientes heladas y soportemos las tormentas que puedan venir. Que los hijos de nuestros hijos puedan decir que, cuando se nos puso a prueba, nos negamos a permitir que se interrumpiera este viaje, no nos dimos la vuelta ni flaqueamos; y que, con la mirada puesta en el horizonte y la gracia de Dios con nosotros, seguimos llevando hacia adelante el gran don de la libertad y lo entregamos a salvo a las generaciones futuras. Gracias, que Dios os bendiga, que Dios bendiga a América.
Si quiere ver y escuchar el mensaje del pesidente norteamericano, en su versión original:
Vista del convento franciscano, Siglo XVI, Izamal, Yucatán.
(Da cuenta de hechicerías malignas que ocurren en Izamal, Yucatán, México, Pueblo Mágico, en pleno siglo XXI)
Destrucción del patrimonio cultural en Izamal.
Por Rodolfo Menéndez y Ménendez
Izamal, entrañable cuna y mortaja de mis ancestros, está catalogado como un pueblo mágico. Lo es por virtud del programa nacional de la Secretaria de Turismo del gobierno federal mexicano, con el fin de reconocer el esfuerzo de los habitantes de ciertas poblaciones de la república por preservar su riqueza cultural e histórica, y lo es, ahora también y contradictoriamente, por efecto de la magia negra con que sus autoridades actuales destruyen y hacen desaparecer su patrimonio cultural. ¿Cuál de los dos pueblos mágicos prevalecerá?
En 1955 –hace ya más de medio siglo- después de varios años de esfuerzos de mucha gente valiosa y bien nacida, cuya tarea hoy no vengo a relatar, pero que es tema interesante para la historia izamaleña, se sembró el antecedente de la actual Biblioteca Regional, Antonio Menéndez de la Peña. Era presidente municipal una persona que quería a su terruño y a su gente: don Martiniano Ordóñez.
Fue en la vieja y humilde casa en que vivieron los ilustres educadores cubanos Antonio Menéndez de la Peña y su esposa, Ángela González Benítez, quienes en la segunda mitad del siglo XIX supieron trocar su sangre remediana en savia que nutrió al pueblo de Izamal que los acogió en su exilio con generosidad, siempre agradecida y reciprocada. Ahí, hace 53 años, atrás del Palacio Municipal, donde hoy opera el Jardín de Niños que lleva el nombre de Doña Ángela, se fundó e instaló la biblioteca del pueblo de Izamal y que tomó el nombre del maestro por virtud del legado que hizo del predio involucrado un nieto amoroso de aquellos maestros, Miguel Ángel Menéndez Reyes , ferviente izamaleño. Entonces medió la promesa formal de la autoridad municipal de proteger y fomentar la existencia y el funcionamiento de la nueva biblioteca.
Por avatares en cuya descripción hoy tampoco quiero aventurarme, pero que también integran la ya larga historia del acervo izamaleño, éste cambió de sede un par de veces antes de que en 1985 -treinta años después de su fundación y durante la presidencia municipal de don Remigio Lugo González- encontrara la que pensábamos sería su última y definitiva morada: el local que había servido al Colegio Civil de Niñas, inaugurado en 1907 y en donde por coincidencia feliz del destino agradecido, doña Ángela González de Menéndez de la Peña había ejercido sus dotes de acendrada educadora hasta el año de su muerte en 1918.
Pero nos equivocábamos de palmo a palmo quienes en ese entonces vimos con satisfacción la ocupación del nuevo local, idóneo para la biblioteca por su espacio, su ventilación, su claridad, mejorado y mantenido además, con esfuerzo y recursos otorgados por sucesivos gobiernos municipales que entendieron el valor cultural y educativo del faro de luz que representa una biblioteca, al pensar que esa sería la ubicación definitiva y que la tarea, a partir de entonces, se concentraría nada más en mantener y mejorar lo que había sido logrado hasta ese entonces. Nos equivocamos también quienes supusimos que administración tras administración, por tratarse de un proyecto de interés y arraigo en la comunidad, se transmitiría la estafeta de la continuidad institucional para hacer del esfuerzo pretérito el orgullo del porvenir.
Los diez mil volúmenes que llegó a tener la biblioteca, integrantes de su colección que fue constituyéndose con diversas aportaciones, la más importante de las cuales del gobierno federal, al convertirse la institución en biblioteca regional incorporada al Sistema Nacional de Bibliotecas, encontraban condiciones adecuadas para ofrecerse en servicio a un pueblo que nunca ha dejado de manifestar su sed de conocimiento. Del mismo modo, las características del espacio que era su sede, permitieron el enriquecimiento de la biblioteca por la incorporación de infraestructura de apoyo para la tarea educativa: 6 ordenadores, equipo de cómputo, y un módem ADSL que permitía el enlace con la red del Sistema Nacional de Bibliotecas y que fueron instalados hace menos de dos años, en el 2007, con fondos internacionales manejados por el Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa (ILCE), obtenidos a través de CONACULTA, mediante convenio específico con la biblioteca.
Y la magia auténtica del pueblo de Izamal habría de convertirse en magia negra en el año 2008. La ruptura de la deseada continuidad institucional se habría de presentar. La angustia del sueño que se rompe por obra de la estulticia de un gobierno –sin ánimo de ofender a nadie pero sí de calificar con fundamento- torpe e ignorante, se nos ha venido encima.
Sin consultar a nadie, de espaldas a su Cabildo y a su población, los actuales funcionarios creyeron fácil destruir, para según ellos construir otro algo. Han destruido y están en proceso de seguirlo haciendo, el patrimonio cultural de los izamaleños, al despojar a la Biblioteca –que no es del ayuntamiento actual y mucho menos del primer edil, sino del pueblo- de su sede legítima.
Destruyen el patrimonio cultural de los izamaleños, al quitarle a la biblioteca municipal su identidad reconocida e históricamente fundamentada, refundiendo su acervo en la sede, totalmente inadecuada (no hace falta ser bibliotecario, es cosa de ir, verlo y comprenderlo), de la Casa de Cultura que lleva el nombre de otro ilustre izamaleño, pero ajeno al esfuerzo creativo que logró, al cabo de los años, la existencia de una biblioteca digna.
Destruyen el patrimonio cultural de los izamaleños, al tirar por la borda y convertir en virtual desecho, la infraestructura de apoyo mencionada anteriormente y que estaba adecuadamente instalada y funcionando en la vieja casona de la calle 31, objetivo central del atentado.
Destruyenen fin el patrimonio cultural de los izamaleños, al agredir, como ya lo hicieron, irreversiblemente, el acervo de la biblioteca; al dañar y perder, en un cambio caótico, libros y obras artísticas de valor histórico, teniéndose ya ejemplo de ello, según se determinará oportunamente.
Y esta pérfida tarea de destrucción y de despojo en detrimento del patrimonio cultural de Izamal, al amparo de una inaudita actitud prepotente que queda de manifiesto en la respuesta cínica que da el presidente municipal, Roberto Rodríguez Asaf, en entrevista reciente, a las preguntas del Diario de Yucatán, quiere conducirse con absoluta impunidad.
Pero que sepa el aprendiz de sátrapa que estará sujeto al juicio político y social de sus gobernados y muy probablemente también a la acción judicial correspondiente, de demostrarse los ilícitos que desde ya se prefiguran, por la insólita acción destructiva y de despojo que ha conducido. Y no sólo ello, sino que sepan también las víctimas, el pueblo despojado, que con su actitud y con sus acciones, el actual presidente municipal, pone en grave riesgo el bien ganado apelativo de Pueblo Mágico para Izamal, porque desvirtúa en su esencia el convenio de concesión, y arriesga también, prematuramente, la obtención del otro título que por tantos se ha venido procurando: el de la inclusión de nuestra noble Ciudad como Patrimonio Cultural de la Humanidad en la lista de la UNESCO, cuestión ésta que sería de gran justicia y de enorme conveniencia para Izamal, pero que hoy, por las evidencias que se han dado de la incompetencia de las autoridades actuales para preservar el patrimonio cultural ya logrado, queda lamentablemente en entredicho.
Vuelvo a preguntar: ¿Qué magia del pueblo de Izamal pervivirá? ¿La magia blanca y noble de su gente, o la magia negra de los hechiceros que pasan por sus autoridades actuales?
El premio Nobel de Literatura José Saramago negó que haya plagiado un cuento de un escritor y periodista mexicano, que supuestamente inspiró su libro "Las intermitencias de la muerte", publicado en 2005. En declaraciones publicadas en el "Diario de Noticias", Saramago asegura que no vio y ni siquiera tocó "con la punta de los dedos el cuento del reclamante".
El Nobel luso precisa que "si dos autores tratan el tema de la ausencia de la muerte, resulta inevitable que las situaciones se repitan en el relato y que las fórmulas en que las mismas se expresen tengan alguna semejanza".
Saramago agrega que dos escritoras, una argentina y otra italiana, trataron el mismo tema, lo que provoca "la interrogante de saber quién plagió a quien".
El periodista y escritor mexicano Teófilo Huerta Moreno denunció que el plagio se produjo por intermedio del agente literario Sealtiel Alatriste, que recibió en 1997 un cuento suyo sobre el tema, enviado a la editora Alfaguara, en España.
Según Huerta, Alatriste "tiene contacto y relación de proximidad" con Saramago.
En su blog en internet, Huerta señala que envió a Saramago una carta en enero de este año, para reclamar que acepte el plagio y le pide un esclarecimiento del asunto. Según "Diario de Noticias", desde el 12 de mayo de 2006 el periodista mexicano denunció en un programa de radio que su obra 'El cuento triste' había servido "para inspirar" el libro de Saramago.
Pilar del Río, esposa de Saramago y presidente de la Fundación que lleva su nombre, dijo que hacía tiempo que esta historia "circulaba por internet y resurge cuando falta alguna noticia en los diarios".
El desmentido de Saramago se produce después de que ayer, martes, el diario "Correio da Manha" se refiriese al supuesto plagio.
"...Por razones personales que resultan evidentes en su obra, Izamal representó para el poeta un punto existencial de partida y de retorno. Hacia 1980, casi al final de la cuenta de sus días inició -pensando en verso- lo que pudiera considerarse como una recapitulación, una explicación para sí mismo y para el mundo, de su vida y de sus luchas. Miguel Ángel Menéndez fue, en efecto, un político en el que ardía, sin compromisos, la llama de la Revolución Mexicana. Su vida dio testimonio de su vocación, no sólo por las letras sino también por la lucha política y social. "A Izamal", poema inconcluso, es suficiente para mostrarnos en toda su intensidad el amor del poeta por México, por su pueblo y sobretodo por Yucatán."
Te hablo con la verdad: me gustaría que en esta vez no se me hiciera nudo de lágrimas la voz, ni tartamudo el verso en que refiero mi agonía: quiero dejar el corazón desnudo en tu regazo, madre mía.
Tú mi madre, la tierra encadenada que encadenada sigue siendo nido; tú mi novia la mar enamorada y tú, trabajador maya vencido que todo diste sin pedirnos nada: vedme partir del roquedal querido.
Quien me vio batallar quizá recuerde que jamás transigí con los tiranos; que perdí juventud como se pierde la gota puesta al sol de los veranos; que arengué multitudes a la verde sombra de los laureles itzalanos.
Que recorrí tu sitibunda tierra, que no hubo brecha ni rincón oculto donde mi ruda voz no alzará guerra.
Jugué la vida contra el amo estulto sin otro auxilio que la suerte perra, sin otro credo que el agrario culto. Todo te dí: brazo, peculio, canto, amor y fe en la Patria, fiel entero; te dí todos mis treintas, te di el llanto cívico, que es el llanto verdadero... y reclamé justicia mientras tanto la justicia se daba por dinero...
El periódico Le Monde , en una edición reciente, da la alerta para México: La biodiversidad de su cultivo básico, el maíz, está en riesgo. Un estudio de carácter científico conducido por investigadores mexicanos, americanos y holandeses ha demostrado que ya se presenta una contaminación genética proveniente de organismos artificialmente modificados, los famosos OGM's, entre las variedades tradicionales cultivadas en el estado de Oaxaca.
Esto, a pesar de la moratoria que había impuesto el gobierno mexicano en la utilización de semillas transgénicas de las que se teme -con aparente razón- que terminen destruyendo las características de origen que dan a ciertas apreciadas variedades de maíz mexicano su sello distintivo y original.
El resultado de esta destrucción sería una pérdida grave de la biodiversidad del maíz mexicano que ha podido preservar hasta la fecha las características genéticas de un número importante de variedades de esta gramínea, originaria precisamente de mesoamérica y que fue introducida a europa por los conquistadores en el siglo XVI.
"La cuna del maíz, México, contaminada por las OGM" (organismos genéticamente modificados), dice el encabezado de la nota del rotativo más influyente de Francia. Y la alerta que esta información plantea no podría ser más grave.
Elena Alvárez, del Instituto de Ecología de la UNAM, en colaboración con un grupo internacional de científicos ha llegado a esta conclusión, cuyo riesgo ya había sido advertido con anterioridad por biólogos de la Universidad de California, que desde el 2001 habían publicado un artículo controvertido señalando una contaminación de los maíces criollos, tradicionales de la región de Oaxaca, por los genes del RR (Roundup Ready), semilla producida por la transnacional Monsanto. En ese entonces, la información fue desestimada y los científicos norteamericanos terminaron acosados por los medios, aparentemente alentados por la empresa dominante en el mercado de los OGMs.
En esta ocasión, con un estudio más detallado, que ha sido o será proximamente publicado por la revista científica Molecular Ecology, el grupo de investigadores encabezado por la bióloga mexicana, demuestra suficientemente que el riesgo y la amenaza se han visto cumplidos y que por las prácticas agrícolas tradicionales que se siguen en Oaxaca y en general en México, pueden acelerarse en el futuro inmediato.
El estudio basado en análisis moleculares ha sido calificado de gran calidad por expertos en la materia y llama la atención el comentario de los investigadores en el sentido de que encontraron serias dificultades para publicar sus conclusiones, debido a la reticencia de los medios especializados de manejar la información "para no ataer excesivamente la atención de los medios sobre un tema del medio ambiente sensible políticamente".
La pregunta que se hace el medio de especialistas es de cómo, con la moratoria impuesta por el gobierno federal a la importación de semillas OGMs, éstas han podido migrar hasta lo más profundo de las montañas oaxaqueñas, sin mencionar desde luego su presencia en el Estado de Sinaloa, principal productor de maíz de México, y aún en Milpa Alta en la periferia de la Ciudad capital.
La respuesta que se da a este enigma en primera aproximación, es que ciertos agricultores poco escrupulosos han introducido ilegalmente las semillas transgénicas a México y también se señala con el dedo acusador a la firma Pioneer provedora importante de semillas de maíz híbrido que las pudo haber distribuido a los pequeños productores a través de los programas de ayuda gubernamental a los campesinos, hipótesis que se refuerza por el hecho de que aparentemente el 30% de las semillas que maneja Pioneer está contaminado por OGMs, de las que Monsanto ha impedido su etiquetación.
El caso concreto planteado en el estudio, es que un 1% de las tierras cultivadas analizadas en la investigación se encuentra ya afectado, lo cual es un porcentaje que definitivamente justifica la alarma ya que ocurre a pesar del veto a la importacfión existente.
Los autores del estudio llaman a reforzar las medidas de bioseguridad para ayudar a preservar las variedades nativas del maíz, sobretodo en México país que es el centro del origen y en el que existe, hasta la fecha, posiblemente la más elevada diversidad genética de la gramínea en el mundo, diversidad que sería una tragedia ecológica que se perdiera.
La expulsión de los sefardíes. Emilio Sala Francés, pintor español del siglo XIX.
Por Rodolfo Menéndez. A mi amigo Eduardo Lliteras (el Moro de las Baleares).
De como la ciencia trastoca el curso de una novela en ciernes.
Estoy escribiendo una novela que tal vez no termine nunca. Es una historia de judios. Va más o menos así: Presumiblemente mi propia familia, hace poco más de 500 años. Estábamos siendo inamistosamente despedidos de la península Ibérica por Tomás de Torquemada. Órdenes de los Reyes Católicos, se nos había dicho. Había que irse o convertirse. Había que abandonar todo.
Teóricamente disponíamos de algún tiempo para "vender" el patrimonio familiar tan duramente forjado. Pero la presión aumentaba día a día. Los moros habían sido finalmente derrotados y supuestamente evacuados de los últimos territorios ocupados en los alrededores de Córdoba donde vivíamos. Habíamos perdido ya muy buenos y viejos amigos de entre la morería, que decidieron regresar al norte de África a lugares que ni siquiera conocían puesto que ellos, sus familias y aún sus antepasados, no habían salido de España en las últimas quince o veinte generaciones, al decir de algunos. Para ese entonces, recordémoslo, los musulmanes del norte de África llevaban viviendo en la península más de setecientos años.
Ahora, nosotros, sefardíes, es decir judios españoles, que históricamente habíamos llegado a Iberia desde el año 100 DC, provenientes del Medio Oriente, en calidad de esclavos de los romanos, y que con el tiempo habíamos logrado nuestra libertad, tendríamos que afrontar lo mismo. Otra vez ser parias. Una nueva diáspora. ¡Irnos! Abandonar todo, la raiz, el suelo, el patrimonio. Perderlo todo, mal vender lo material o regalárselo a los amigos del férreo inquisidor, Torquemada, a cambio de promesas de salvoconductos.
¡Ese miserable inquisidor que tanto odio nos tenía! Tal vez por ser uno de los nuestros, despechado, ofendido profundamente porque siempre lo habíamos despreciado por corrupto. Pero ahora él tenía el poder y el respaldo total de los Reyes que nunca como ahora se habían hinchado de arrogancia. Se habían olvidado ya de todo lo que habíamos hecho por ellos a lo largo de los años y exigían nuestro retiro para "purificar" su reino recientemente ampliado y para obsequiar el deseo, tambien, de quien los patrocinaba, el Estado Pontificio.
¡Condición humana! juzgaba el abuelo, Isaías, patriarca sabio de la familia, que no cesaba de lamentar la suerte que nos había deparado el destino. ¡Expulsados de nuestra propia patria! Bueno, decían algunos de los parientes más pragmáticos: "No tenemos que irnos. Podríamos convertirnos". Abandonar nuestra religión, o aparentar hacerlo. "¡Indigno!", decían otros. Y así, día a día, conforme se acercaban los plazos que nos habían dado se iba escindiendo la familia. ¡Y así se escindió la familia! Aquella mi gran familia que en un tiempo parecía unitaria en nuestras creencias, indivisible, solidaria.
Detengo ahí mi relato. Seguiré más tarde escribiendo mi novela que quizá no termine nunca. Mientras, recojo la noticia que nos trae un estudio de la "Sociedad Americana de Genética Humana", publicado apenas ayer en su revista, que arroja un dato interesante soportado por evidencia científica lograda mediante estudios genéticos practicados en una muestra poblacional representativa de la demografía española. Resulta, conforme a este estudio, que aproximadamente el 30% de los españoles (son poco más de 46 millones hoy en día), es decir, estadísticamente, cerca de 12 millones, tienen legado genético moro (ca. 10%) o sefardita (ca. 20%). El País diario español se hace eco de esta novedad científica y la reporta en su edición de hoy.
Para los personajes de mi novela ese dato resulta tan revelador como abrumador. Dramático ciertamente. Se estimaba que la comunidad de los nuestros, sefardíes, era al final del siglo XV, de unos 500 mil integrantes. Hoy, en España vivirían, conforme a los datos aportados por el estudio que se reporta, cerca de 9 millones "herederos" de aquella escición y descendientes hipotéticamente de los que decidieron quedarse y "convertirse" por las buenas o por las malas.
En la novela, la rama de mi familia que conduce a mí, salió dejando todo lo dejable y tomó el rumbo de las Américas. Subrepticiamente debo añadir, porque no teníamos derecho a ello y por tanto, poco después, también hubimos de fingir. De convertirnos. De amarranarnos.
Sin estos datos hoy publicados, los demógrafos han considerado que la población sefardita en el resto del mundo es de unos dos o tres millones de personas. Claro, no estamos incluidos -porque eso nadie lo sabe todavía- todos los que dejamos de ser judíos de religión, pero que no pudimos, ni podemos, desprendernos del legado genético, para asimilarnos mejor a las sociedades que nos recibieron. Y el número puede ser muy importante. Faltaría esa información, es cierto. Pero lo que para mi novela -sus personajes y su desarrollo- es evidente, es que muchísimos de los que se pensaba habían salido como los míos, pues no lo hicieron. Ahí se quedaron. Conversos o en el fingimiento, que los llevaría al cabo del tiempo y las generaciones que siguieron, a la conversión de todas maneras. Y también que hoy, quinientos años más tarde, unos y otros, los conversos tempranos y los tardíos, ya sin memoria del origen, son en su mayoría súbditos de Roma. ¿Que diría el abuelo Isaías? ¿Que le aconsejo que diga?
¡Cuánto me arrepiento de haber callado tantas y tantas cosas!....
Carlos Darwin
24 de noviembre de 1859 ¡más de ciento cincuenta años desde que se publicó "La Evolución de las Especies" y cuántos siguen ignorando la obra!
Día de la tierra
todos los días
LEAMOS.....
...
El Cráter de Chicxulub
Dos talentos contrastados en plena sinergia, Fernando Espejo, el poeta y Arcadio Poveda, el científico, nos ofrecen su visión de un evento singular ocurrido hace 65 millones de años: Un aerolito impacta nuestro planeta en lo que hoy es la peninsula de Yucatán. Es el fin del Cretácico y significó la extinción de los saurios. Historia vieja que se ha vuelto muy nueva. El libro fue editado por El Equilibrista www.degeequilibrista.com y patrocinado por el Gobierno del Estado de Yucatán. ¡Hay que leerlo, es todo un documento! Para ver más sobre el cráter de Chicxulub buscar en este mismo Blog bajo las etiquetas de Libros o Historia o dar un click sobre la imagen de la portada del libro.
Chicxulub y su cráter.
El más grande cráter producido por impacto. 180Kms. de diámetro.
Para más información sobre los más importante cráteres en el mundo. Imágenes.
Fernando Espejo, el autor del libro, decía que usó este título porque Inventario es el asiento de los bienes registrados de una persona, y porque también es el papel o documento en el que andan escritos dichos bienes. Porque Inventario es el catálogo de aquello que queda guardado y resguardado como en bodega bajo siete llaves. Además de que Inventario, ha de ser como el resultado de una rica teneduría de libros y como una contaduría de cuentos -contados y recontados- como se cuentan los cuentos en la trastienda de un almacen. Porque Inventario es, todavía más, un catálogo de inventos, una lista, un índice, un acopio de palabras y más palabras que, juntas y acomodadas a capricho, son producto de la inventiva de un inventor que encuentra, crea o imagina hechos -y hasta en veces echa embustes- debidos a su fantasía que pueden dar razón o sinrazón de algo -digamos de poesía- y hasta producir entonces alguna emoción. Porque Inventario, es lo que se conoce como el saldo. Lo que uno ha querido preservar, lo que es cuanto hay por decir hasta hoy. Y porque Inventario es la que algunos también llaman la existencia. Todo esto decía Fernando, quien ya no está, en la presentación de su libro. Esta Antología Personal fue editada por La Compañia Editorial de la Península, SA de CV.
Usar los vínculos que siguen para más sobre Fernando Espejo
La Mano Izquierda de Fernando Lozano, Maestro concertador. Editorial Porrúa, 2007. www.maporrua.com.mx. Un paseo por el laberinto de quienes viven para y en la música. El conductor sabe lo que dice y lo dice bien. Leer la presentación del libro en Mérida, Yuc. Buscar en este mismo Blog bajo la etiqueta de Libros.
Novela de Miguel Angel Menéndez. Hace más de cuatro siglos, Nuño de Guzmán estrelló su crueldad y violencia de conquistador ante el altivo sentimiento de libertad con que le resistió la tribu Cora. Inútilmente los misioneros buscaron un resquicio para infiltrar en élla la religión de los blancos. En la sierra del Nayar perdura tenazmente, aún hoy, la vida indigena preñada de confusión -paganismo, superstición, sentimientos simplistas cristianos- vida que es incapaz de otorgar a la tribu calidad humana de bienestar. El alma cora, con su voluntad de sobrevivir, mantiene intocable su actitud tradicional de lucha; hace escudo de su aislamiento, en contra de las leyes de los blancos, que carecen de sentido para normar su vida. Este libro condensa aspectos salientes de un mundo real, en olvido, que se halla fuera de las condiciones de tiempo y espacio y que pervive en espera de su hora. (Tomado de Wikipedia en español) La edición más reciente del libro es de Editorial Porrúa, Colección Sepan Cuántos!
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He sido náufrago, sobreviví. Fui químico, ya se me olvidó. Soy evolucionista. Soy ateo, así moriré....y nunca me ha interesado imponerle a nadie mi incredulidad.